martes, 28 de abril de 2015

¿COMO INFLUYE LA FAMILIA EN LA DESERCIÓN ESCOLAR?

La mayoría de los adolescentes en México, no tienen claro hacia dónde quieren ir y mucho menos no tienen un proyecto de vida definido, es muy difícil  que vean, que a través de la educación formal,  pueden alcanzar mejores condiciones de vida, esto tiene mucho que ver con la motivación de los padres hacia sus hijos ya que muchas veces la familia es un impedimento muy poderoso para que los hijos no sigan estudiando, debido a que no los apoyan y orientan adecuadamente  ya que muchas veces los jóvenes se ven obligados a estudiar algo solo por complacer a sus padres y esto mismo los orilla a dejar la escuela ya que no les gusta y no se sienten a gusto.
Otro motivo es la descendencia o bien por tradición familiar, ya que como los abuelos y padres del joven estudiaron medicina todas las generaciones que sigan deberán hacer lo mismo para cuidar los bienes de esta sin importar si les gusta o no.
En el caso de mujeres aún existen familias con estereotipos sociales en los cuales mencionan que las mujeres no deben estudiar solo deben dedicarse a las labores del hogar y no formarse profesionalmente. O bien otro motivo es que son madres solteras y no tienen tiempo para dedicarse al estudio por estar cuidando a sus hijos ya que actualmente existe un gran número de madres solteras en estas en un rango de edad que va de los 16 a los 20 años lo cual hace que el problema sea cada vez mayor.
Otro punto importante que cabe mencionar es que los jóvenes se mimetizan con sus padres, hablan y piensan como adultos, tienen gran cantidad de información para su edad, pero no la manejan con flexibilidad y son profundamente inmaduros en lo emocional ocasionando que cuando les toca enfrentarse en una situación no saben cómo reaccionar ocasionando así el no saber qué hacer con su vida.
 El miedo al fracaso también es un factor muy influyente ya que Antes, un joven se identificaba con sus papas, pero ahora los copian y se sienten en posición de tener mucho poder desde pequeños. Así, se desconectan emocionalmente. Esa gran dificultad emocional hace que pasen  del ‘se puede todo’ a sentirse derrotados o absolutamente frustrados con facilidad, lo que los complica a la hora de elegir una carrera y más aún cuando empiezan a tener las primeras dificultades en el estudio porque creen en soluciones mágicas, en carreras que les garanticen el éxito fácil y ya, y eso no es real  lo que conlleva a que dejen la universidad en los primeros años.

En pocas palabras Los padres deben favorecer el desarrollo y la motivación en los adolescentes, pues son para sus hijos el principal modelo y objeto de identificación, el fracaso escolar no es sólo un fracaso de los jóvenes sino que puede abarcar a padres profesores, la escuela, el contexto social y cultural.

domingo, 26 de abril de 2015

Ayotzinapa marca la historia de México”


Omar García quedó con vida cuando tres estudiantes de la escuela rural para maestros Raúl Isidro Burgos fueron asesinados y otros 43, desaparecidos, hace casi siete meses. Dialogó con La Pulseada sobre la situación de la educación y la represión a la juventud en su país, donde “la desaparición forzada es política de Estado”.

“Ahora vivimos un día a día no habitual. Es un día a día de lucha. Siempre estamos pensando qué hacer al día siguiente, que van a aparecer nuestros compañeros, que va a haber resultados en las investigaciones”, explica Omar García, de 24 años, uno de los estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Estado de Guerrero, México. La noche del 26 de septiembre de 2014, Omar sobrevivió a los ataques de la policía local y las bandas del crimen organizado al grupo de “normalistas” que se dirigía a una marcha en la ciudad de México. En ese hecho, tres de sus compañeros fueron asesinados, 12 fueron heridos por las ráfagas de armas de fuego y 43 continúan desaparecidos.

“La cotidianidad a seis meses de la matanza es de constante movilización, pues los padres de familia están de guardia y están viviendo aquí, dentro de la escuela —cuenta desde las aulas del establecimiento—. La vida hoy ya no es la normal”.

En septiembre pasado, las repercusiones del caso fueron enormes y globales. Intendentes, funcionarios, dirigentes políticos de todo el arco partidario mexicano fueron acusados de gobernar para y con los carteles del narcotráfico. Algunos fueron encarcelados. Una vez más se probó el estrecho vínculo que une a las organizaciones criminales con todos los niveles de la administración pública mexicana y el escándalo fue extraordinario. Sin embargo, pasados ya medio año de aquella noche, los estudiantes y sus familias siguen buscando justicia.

88 años de escuela

“Esto es un internado”, explica Omar acerca de la Normal de Ayotzinapa, escuela que se volvió mundialmente conocida el año pasado pero que en México lleva casi un siglo dando que hablar. “Vamos a clases por las madrugadas, de 8 a 15. Por las tardes nos dedicamos a trabajar la tierra o a los talleres. Los hay de herrería, carpintería, talabartería y otros. Algunos compañeros se dedican a la banda de música, otros a la rondalla (conjunto de instrumentos de cuerda) o al club de danza. Otros a los clubes deportivos de la comunidad”.

Los normalistas no son otra cosa que estudiantes que aspiran a ser maestros. Los de Ayotzinapa han establecido un profundo vínculo con la comunidad que los rodea, en su mayoría campesinos, exactamente como ellos. “Nunca falta alguien que venga a pedir que vaya el club de danza para alguna festividad y es constante la participación en distintos programas socioculturales. O que haya algún trabajo atrasado en la comunidad y vengan a pedir que algún compañero los ayude con las labores. Hemos pavimentado calles, abierto brechas, cualquier cosa”.

En sus 88 años de vida, la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos ha sido un lugar de constante formación política y social. Por sus aulas han pasado Genaro Vázquez Rojas, fundador de la Asociación Cívica Guerrerense (ACG) y la Central Campesina Independiente (CCI); Alberto Martínez Santiago, referente histórico de la lucha docente en Guerrero y Lucio Cabañas Barrientos, una figura mítica en toda la región. Cabañas fue en los 70 el fundador del Partido de los Pobres, una de las guerrillas más recordadas en México por el enorme desafío que representó para el Estado, que respondió con la “guerra sucia”, una matanza de civiles como pocas se han visto en la región. Todavía hoy en la plaza central de Atoyac de Álvarez, el municipio con el mayor número de desapariciones forzadas del país, a pocos kilómetros de Ayotzinapa, se erige la estatua a Lucio Cabañas, con el fusil en la mano. Lleva una dedicatoria de los habitantes que dice: “Nuestra misión es hacer la revolución, que será socialista. ¡Comandante, contigo está sembrada la esperanza del futuro!”.

“Esa es nuestra vida, es nuestra identidad —explica Omar—. Además de provenir del campo, nos identificamos plenamente con esa forma de pensar. Entendemos que hay muchas cosas que están mal en nuestro país y por tanto las figuras principales que identificamos como reivindicativas, que reivindican al pueblo, están ahí, como Lucio Cabañas y el resto. Nosotros hemos llegado a denunciar gente, a levantar la voz. Eso es lo que ha hecho nuestra escuela durante mucho tiempo y eso es lo que incomoda a muchos en el gobierno: que nunca nos quedamos callados”.

La cacería desatada contra la guerrilla de Cabañas en 1974 inauguró la práctica de las desapariciones forzadas en el estado de Guerrero, que hoy continúa. Los 43 de Ayotzinapa se sumaron a una larga lista de personas desaparecidas por las fuerzas de seguridad y el crimen organizado. “Uno de los compañeros que estamos buscando viene de una familia que tiene tres desaparecidos —detalla Omar—. Dos de la guerra sucia y el otro, nuestro compañero. Es terrible saber que vivimos en un lugar donde el Estado se ha ensañado tanto contra los líderes sociales. A la gente movilizada la meten en un estado de shock, de temor de que si haces algo te puede pasar lo mismo. Ya no puedes defender tus tierras, tus aguas, tu educación, porque lo que tienes frente a ti es una advertencia clara. Si actúas de revoltoso, como ellos dicen acá, te vamos a desaparecer, te vamos a asesinar o te vamos a encarcelar”.

Una deuda con los jóvenes, la educación y el pueblo

Según estadísticas del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), en el período comprendido entre enero de 2005 y el 31 de octubre del 2014 se registraron 23.615 desapariciones forzadas, de las cuales 6.675 son jóvenes de entre 15 y 24 años de edad. Si el rango se estira hasta los 30 años se llega al 45,9% del total. Las cifras reales del fenómeno son, en realidad, muy complejas de rastrear. Buena parte de las desapariciones en México las sufre la población migrante en tránsito hacia los Estados Unidos, de la cual resulta casi imposible tener un registro.

La mayoría de los casos que figuran en los informes oficiales son varones en edad de estudio provenientes de los sectores más desprotegidos de la población. Una de las grandes razones para que esto suceda, según Omar, es la deuda educativa. “Las intenciones de quitar lo público de las instituciones están en un puesto cada vez mayor. Nuestra escuela a parte de ser pública también es un internado y el Estado mexicano arguye tener muchos gastos. A parte de que aquí se forman personas críticas. Entonces para el gobierno privatizar nuestra educación sería de lo más importante. Nosotros no hemos dejado nunca eso. No permitimos que se cobren colegiaturas, no permitimos que se cobren exámenes de admisión. El muchacho que llega aquí llega sin recursos y ésta es su casa. Aquí tiene un lugar donde comer, dormir, estudiar. Pero también tiene que hacer una labor social frente a los campesinos, a la comunidad. Y así es como nos vamos apropiando de la escuela, y ella de nosotros al mismo tiempo”.

Omar recalca luego que el día de la masacre estaban intentando llegar a la capital del país para participar de la marcha en reivindicación de los centenares de estudiantes asesinados en la matanza de la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968. Y se esperaba que la movilización fuese una gran señal de alerta por la política educativa del gobierno.

El actual presidente, Enrique Peña Nieto, promocionó una reforma educativa en sus primeros meses de gobierno que tuvo una fuerte oposición por parte de estudiantes y docentes. Seguía aún con fuerza el movimiento juvenil YoSoy132, surgido de los estudiantes de la Universidad Iberoamericana, que cuestionaba a los candidatos del establishment y a los medios que los promocionaron. Huelgas docentes se multiplicaron en todo el país denunciando el vaciamiento de la educación, que a pesar de las promesas de la actual gestión continuó. México tiene uno de los gastos más bajos en educación de Centroamérica. Y junto con el rubro salud y desarrollo agropecuario fue el más afectado por los recortes que el gobierno anunció en febrero de este año. Esto provoca una fuerte deserción escolar en las capas más jóvenes de la población. Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el 24,5% de los 25 millones de mexicanos por debajo de los 30 años no estudia ni trabaja. O, por lo menos, no lo hace formalmente.

Ayotzinapa ha traído a la luz, entre otros, este gran tema de la actualidad mexicana. Miles de estudiantes, inclusive de universidades y colegios privados y católicos, han salido a manifestarse en la calle por la aparición con vida de los 43 normalistas, el fin de la connivencia entre autoridades estatales y el crimen organizado y la mejora del sistema educativo. Pero lo que quedó más claramente en evidencia es la descomposición paulatina del sistema político y administrativo en México. Resultó patente que ya nadie controla a nadie, que las reformas, los planes de gobierno, los actos institucionales, son en realidad una farsa.

“Yo creo que el caso Ayotzinapa marca la historia de México —puntualiza Omar—. De por sí hay un hartazgo ya en el país, una separación tremenda entre los que están en el poder político como representantes y los representados. Nosotros ya no nos identificamos con ellos. Todo el mundo ya sabe que son unos corruptos, que asesinan, que desaparecen. Muchas veces no levantamos la voz, pero lo sabemos todos. Entonces el rol que cada uno jugó o juega dentro de este movimiento, estudiantes de universidades públicas, privadas, artistas, escritores, periodistas, se da porque el hartazgo es general y porque todos queremos un cambio”.

Cuando se le pregunta cómo lograr ese cambio, piensa un poco y contesta: “Queremos algo distinto para nuestro país. Eso se puede lograr con la política pero también con la cultura, con concientizar a las personas, con educación, con muchos recursos. Pero tenemos que lograr algo. Nosotros lo dijimos desde un principio, que no importa que seamos poquitos, lo que importa es que generemos un referente y que demostremos que sí se puede vivir de otra manera. Que se puede vivir sin ellos”.

Otra de las cosas que Ayotzinapa sacó a la luz es uno de los costados más macabros de México. La atención de la opinión pública internacional se concentró en la búsqueda de los 43 estudiantes desaparecidos tras el ataque, que sin dar aún resultados en esa dirección reveló que todo el país está plagado de fosas comunes. Centenares de cadáveres han sido encontrados en unos pocos meses de búsqueda, víctimas del crimen organizado y las fuerzas de seguridad. El Estado enfrentó la situación iniciando una intensa campaña de difamación contra los estudiantes de Ayotzinapa, sus familiares e incluso contra el Equipo Argentino de Antropología Forense, que puso su compromiso, valentía y experiencia al servicio del rastreo. Hasta el representante de la Oficina del Alto Comisionado para Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en México, Javier Hernández Valencia, debió salir públicamente a rechazar los “insultos y difamaciones” contra los desaparecidos y sus allegados.

“La lucha es compleja”, concluye Omar García. “Desde finales de año el Estado mexicano desarrolló una política de desprestigio a través de los medios de comunicación y eso pareciera que ha logrado restarnos fuerza. Nosotros seguimos diciendo que queremos a nuestros compañeros vivos. Porque hemos tocado muchas puertas, hasta hemos tenido la gentileza de ir todo este tiempo por el marco legal. Y hemos tratado de desenmascarar todo eso que están ocultando. Pero la desaparición forzada de personas ya es una política de Estado. No tenemos ninguna fe en la justicia mexicana. Tenemos fe en la justicia que se pueda elaborar desde abajo, desde otras instancias nacionales e internacionales, que sean independiente del Estado”.

sábado, 25 de abril de 2015

MOTIVATE UN POCO...!

En primer lugar como lo hemos escrito  anteriormente la universidad es una de las etapas mas importantes de nuestra vida, ya que en esta no solo nos formamos intelectualmente si no también reforzamos nuestros valores y actitudes que vamos formando desde que nacemos hasta que morimos.A continuación te presento algunos motivos por los cuales estudiar el nivel superior o sea la universidad es muy importante,

1.-Si estudias una licenciatura tendrás mejores oportunidades de trabajo y ademas una vida mas cómoda.

2.- Si eres mujer no dependerás necesariamente de alguien que te mantenga, tu sola podras salir adelante.

3.- Podrás darte los gustos que mas quieras, ir a fiestas, viajar, etc.

4.- Si amas tu carrera no trabajaras tanto por obligación si no también ´por pasión a lo que haces.

5.-Te podrás comprar el carro de lujo con el que siempre soñaste

6.-Conocerás personas inolvidables con las cuales pasaras momentos unicos.

9.-Tal vez conozcas al amor de tu vida.

10.-Comprenderás que la vida no es tan facil, y que mamá y papá no siempre viviran para apoyarnos.

11.- Te daras cuenta que la mejor herencia que te pueden dejar tus padres son los estudios que te dejaron.

12.-veras la vida desde otra perspectiva.

Estas son algunas razones por las cuales estudiar la universidad es una de las mejores decisiones que puedes tomar en tu vida porque muy independiente del estudio, seras una persona autónoma y segura de ti..así que no lo pienses mas y decídete a seguir estudiando.

lunes, 20 de abril de 2015

Deserción y sus consecuencias 

La deserción escolar puede traer muchas consecuencias para el alumno que decide abandonar sus estudios y algunas pueden se los problemas con su familia y también cuando decida comenzar su vida laboral ya que las oportunidades para un desertor muchas veces son muy pequeñas y con un salario que no alcanza para cubrir sus necesidades y esto también puede provocar un problema para la sociedad ya que los desertores que no encuentran trabajo pueden empezar a caer en alcohol o drogas y también empezar a robar para poder salir adelante y aunque algunas ocasiones el desertar ya no es una opción las consecuencias pueden llegar a ser iguales para los dos desertores, los que lo deciden  y los que no lo deciden. 


jueves, 16 de abril de 2015

Características de los estudiantes


Cabe preguntarse si estos factores se correlacionan con las características de los estudiantes. Para el ingreso a las carreras, la BUAP toma en cuenta el promedio en la escuela preparatoria (se exige un mínimo de 7 en escala de 10) y el resultado en el examen de admisión del College Board (el mínimo es de 550 en escala de 1000). La selección se basa solamente en estos dos factores: no se considera si el estudiante proviene de una familia de pocos ingresos, ni si trabaja. Sin embargo, según la literatura, estos últimos dos factores podrían influir en las trayectorias estudiantiles. Si analizamos las correlaciones entre características y factores, resulta lo siguiente (tabla 4):


martes, 14 de abril de 2015

¿Has pensado en abandonar tus estudios universitarios?

Alrededor de 130.000 estudiantes universitarios abandonan sus estudios cada año. Las razones para dejar la carrera son muchas, pero también para resistir y llegar a la meta.
La mayoría de los estudiantes que abandonan sus estudios no lo hacen por una sola causa, sino por varias razones. Tampoco tienen las mismas motivaciones (o des motivaciones en este caso) los alumnos de primer curso que los MÁS AVANZADOS, los de unos grados que los de otros, en una situación socio-familiar favorable o adversa, con un bagaje de conocimientos o sin ellos…
Esto no es lo que yo creía
En el primer año suelen producirse abandonos porque la carrera elegida no se corresponde con lo esperado. Por ejemplo, uno se matricula en Ciencias de la Información porque se imaginaba haciendo entrevistas deportivas en la tele, y cuando ve que tiene que estudiar Derecho, Economía, Historia… se viene abajo. De ahí que sea muy importante conocer con el mayor detalle posible cómo será el camino que conduce al fin soñado.
La carrera elegida también influye en el abandono. Humanidades, que soporta una mayor masificación, cuenta con las más altas tasas de deserción, seguida por las ingenierías.
Una mala universidad
Hay universidades de muy baja calidad, que no ponen los medios necesarios para que sus alumnos continúen hasta conseguir la titulación a la que aspiraban. Antes de matricularse en una universidad, los alumnos harían bien en conocer su tasa de abandono y compararla con el resto.
Los factores educativos son los que tienen mayor peso en el abandono de los estudios, y eso puede llevar a colgar los libros en cualquier curso. Los estudiantes se sienten perdidos en una universidad en la que los profesores son manifiestamente malos, no terminan jamás los temas, les sobrecargan con un montón de trabajos y estudios para casa, con pocas prácticas, falta de explicaciones, sin ofrecer ayuda ni orientación…
Si además la institución no da un trato personalizado al alumno, no dialoga con él para ver sus inquietudes, no recaba su opinión sobre las clases o no le brinda suficiente apoyo, está ganándose a pulso el abandono.
No puedo con ello
Estudiar es un trabajo duro que requiere muchas horas al día. También hay que dedicarle tiempo los fines de semana y en vacaciones. Y lo peor, justo en plena primavera, cuando parece que el mundo entero está en la calle, hace buen tiempo y todo renace, el universitario debe afrontar los exámenes más difíciles.
Hay alumnos cuyo nivel al llegar a la universidad es menor del que sería deseable y se sienten incapaces de engancharse al carro en el que todos parecen ir subidos CÓMODAMENTE. Una buena universidad tenderá la mano a estos estudiantes e incluso les brindará apoyo para soportar los suspensos.
Ocurre también que los estudiantes atraviesan etapas de su desarrollo que les llevan a cambiar de opinión. Un joven de 18 años probablemente no tendrá las mismas aspiraciones que cuando tiene 22. La personalidad, las relaciones, el desarrollo personal, el momento evolutivo hacen que los objetivos cambien.
¿Para qué molestarse?
La situación social puede resultar francamente des motivadora: ¿Para qué tanto esfuerzo si no voy a conseguir trabajo cuando termine? Esto lleva a algunos alumnos a desalentarse cuando miran al futuro, incluso en el último curso, cuando ya están a punto de graduarse. La solución aquí es compleja. Sería deseable que la empresa y la universidad estuvieran mucho más cercanas y que trabajaran juntas para formar profesionales capaces de dar el salto de las aulas al mundo laboral. Eso y que hubiera más puestos de trabajo.
Desde luego, hay que tener claro que si las oportunidades son pocas para todo el mundo,  serán aún menos sin una titulación. Además, siempre queda esto que nuestros políticos llaman «movilidad exterior», para lo que será imprescindible contar con un título universitario (¡y un título!).
No me lo puedo permitir
Las razones económicas son uno de los motivos principales para abandonar la universidad. La situación de crisis y  el cambio de criterio en la concesión de becas se han convertido en una losa más que aplasta a los estudiantes en la lucha por alcanzar sus objetivos. Padres que podían sufragar los estudios de sus hijos hace unos años, hoy no pueden permitírselo. Además, estudiar no es solamente pagar matrículas y créditos, sino también libros, transporte, comidas…
Razones para seguir adelante
Todos, en algún momento, hemos tenido y tendremos ganas de abandonar los estudios universitarios. Para resistir y mantenernos motivados, conviene pensar que…
  • No debemos tirar el esfuerzo ya invertido: en DINERO, en tiempo y, muy importante, en ilusión.
  • No hay que renunciar a la posibilidad de un trabajo mejor. El mundo laboral está mal para todos, pero mucho peor para los menos cualificados. Las oportunidades son pocas y la competencia muy reñida.
  • El trabajo es duro y nos quedan por delante años de largas jornadas, horas extras y estrés; así que lo más inteligente es trabajar en algo que nos guste, y para eso hemos elegido nuestros estudios.
  • Una titulación universitaria, generalmente, nos permitirá un mejor sueldo y lograr un mayor nivel económico.
  • Hay que plantearse qué haremos si lo dejamos: a qué nos dedicaremos, cuál será el paso siguiente y qué ocurrirá en el futuro.
  • En vez de dejar los estudios, tal vez se pueda elegir un cambio de carrera, o bajar un poco el ritmo y aparcar alguna materia para retomarla más adelante.
  • Terminar los estudios universitarios supone una gran satisfacción personal; abandonarlos siempre suele provocar sentimientos de fracaso, arrepentimiento, malestar…
Merece la pena no tirar la toalla antes de tiempo.

lunes, 13 de abril de 2015

10 razones por las que tus amigos de universidad serán para toda la vida
La universidad, esa institución a la que todas aspiramos y en la que crecemos como personas. En ella también conocemos a los que serán nuestros futuros compañeros de aventuras y, ¿por qué no?, a nuestros mejores amigos. Descubre por qué ellos son y serán imprescindibles en tu vida.

1. Has sufrido con ellos

Ya fuese por una ruptura o por un suspenso en la quinta convocatoria de Estadística, tú has estado allí para ofrecerles un pañuelo, un buen rato de charla o unas cervezas.

2. se vuelven independientes juntos

Están todos en el mismo caso: es nuestra primera experiencia fuera de casa y se sienten dioses. No hay padres que los controlen ni novios que les corten las alas y se sienten totalmente independientes. Aunque esa independencia no implique que sepas arreglarlas solos.

3. Son los protagonistas de tus mejores anécdotas

Cuando besaste a ese chico borracha y luego vomitaste, ellos estaban ahí. Cuando te tiraste a la piscina de esa discoteca y huiste corriendo y empapada, ellos corrían a tu lado. Lo mejor de compartir anécdotas épicas es que podras recordarlas juntos y seguir riéndose incluso años después.

4. Siempre tienen una cama para ti

Aunque eso implique que cuatro personas compartan una cama de 80.

5. Si estás mala, son tus mejores enfermeros

Incluso mejor que tu madre. Bueno, no, pero lo intentan. Por mucha fiebre que tengas, si les necesitas, ellos acudirán a prepararte una sopa o, si no saben, a hacerte compañía. Les encanta el riesgo.

6. Entrar en pánico juntos

volarse las clases sabiendo que en la proxima clase pueden estar castigados todos

7. Seguír siendo amigos a pesar de los exámenes

El estrés no puede con nuestra relación. Y, además, son tu mayor apoyo a la hora de afrontar los exámenes. ¿Apruebas? Vas de copas. ¿Suspendes? vas de copas y de fiesta. Y listo.

8. Son tus mayores fans

Ya sea en un recital de piano, en un partido de fútbol o en la enésima exposición oral que tienes que hacer en clase, siempre cuentas con su apoyo desde las últimas filas. Normalmente no suelen llevar carteles o camisetas con tu nombre; se limitan a aplaudir, pero serían capaces.

9. Cometer delitos juntos

Quien dice delitos dice actos semiilegales, ojo. ¿O acaso robar una bici y huir juntos es un delito? Y, ¿qué me dices de colarse en una fiesta escalando una pared? ¿Eso también? Sí, ¿verdad?

10. Tienes casas en todas lados

Después de haber convivido cinco años de carrera en el mismo piso o residencia y haber compartido la mejor etapa de vuestras vidas, ¿cómo iba a quedarse ahí? Nada de eso. Una vez que te hayas graduado, comienza la gira por el mundo para visitar a nuestros amigos y, de paso, conocer todo aquello de lo que  hablaban